Colonia británica desde 1856, Belice es un país independiente - y miembro de pleno derecho de la ONU - desde septiembre de 1981, pero en Guatemala aún retumban voces que quisieran ver el pequeño país de habla inglesa como un departamento más o mutilar su territorio. La que parece que será la última batalla se está librando en la Corte Internacional de Justicia, y 2013 se presenta como un año clave.De acuerdo con wikipedia, Edelberto Torres-Rivas es un sociólogo guatemalteco reconocido por sus estudios latinoamericanos de sociología política referente a las estructuras sociales, formación de Estados, cambios sociales y especialmente procesos democráticos en Guatemala. Fue secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), consultor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y coordinador de los seis volúmenes de la Historia general de América Central (1993).
Belice es un Estado Nacional, reconocido por, e incorporado al sistema de las Naciones Unidas a partir de 1981. Con ocasión de la declaración de la independencia de Belice, por parte del Reino Unido, hubo guatemaltecos que condenaron la independencia, arguyendo que era una declaración unilateral y dañina para Guatemala, que tenía que dar su consentimiento.
Un nacionalismo que se volvió miope ha recorrido las páginas de la historia guatemalteca desde que el 30 de abril de 1856, Pedro Aycinena, canciller guatemalteco, firmó un acuerdo con Charles Lenox Wyke, funcionario menor de la cancillería británica: Guatemala cedió una parte no identificada de su territorio de Belice (entonces, de la Alta Vera Paz) a cambio de que Inglaterra construyera una carretera que comunicara aquel territorio con Ciudad de Guatemala. Artera como toda potencia colonial, Inglaterra incumplió el compromiso y ofreció a cambio 50 mil libras esterlinas; Guatemala aceptó de nuevo la imposición: la venta de la soberanía nacional, según convenio del 5 de agosto de1863. Señalemos solo algunos aspectos juzgados importantes.
La independencia de Belice fue reconocida por Guatemala el 11 de agosto de 1991, durante el gobierno de Jorge Serrano. Ese acto fue condenado por los nacionalistas que no aceptaban que desde entonces las relaciones con la (ex) colonia británica tenían que hacerse con un Estado Nacional independiente. Ahora se habla con ciudadanos libres y no con súbditos coloniales.
Recordemos que desde hace tiempo el desarrollo social de Belice fue en aumento y su estabilidad democrática ha sido ejemplar. Un par de datos bastan: los analfabetos en Guatemala en 1999 eran el 40%, y en Belice solo del 20%. El Índice de Desarrollo Humano 2011 –apadrinado por Naciones Unidas– sitúa a Belice en el puesto número 93, y a Guatemala en el 131; el nivel de vida de los beliceños es superior en todos los aspectos al de los guatemaltecos. Resulta imposible que un ciudadano de Belice quisiera ser guatemalteco.
Todo debate sobre lo que finalmente pueda ocurrir frente a Belice debe verse en la óptica sociológica-histórica, porque el tiempo trabajó en contra de Guatemala, y las relaciones sociales entre los pueblos, siendo vecinos con mayor razón, deben ser de amistad, integración, ayuda mutua.
Desde hace más de un siglo, Guatemala ha venido peleando, por distintos medios, por el derecho a recobrar su territorio perdido; por el reconocimiento de sus fronteras, y saber cuáles habían sido los espacios tomados de hecho por los ingleses. Con el reconocimiento de la independencia no se puso punto final al diferendo, como lo creyeron los beliceños.
En los últimos veinte años el conflicto ha llegado a situaciones de hecho, por la indeterminación de las zonas de adyacencia y otros temas de frontera. Las negociaciones siempre fueron bilaterales y durante todo este tiempo Guatemala argumentó con sentido histórico y político, perdiendo el tiempo. El reclamo territorial era jurídico, se convirtió en uno técnico-legal. Ahora el problema se considera como una controversia jurídica, y es en ese plano donde habrá de darse la batalla que viene.
El 18 de octubre de 1999 Guatemala reconoce el Diferendo Territorial, pone fin a las reuniones bilaterales y después propone la mediación de la Organización de Estados Americanos. El 17 de diciembre de 2007 acepta someter el reclamo territorial, insular y marítimo ante la Corte Internacional de Justicia. El conflicto que ya tarda 160 años puede, por fin, resolverse; el nivel de acuerdo alcanzado por los dos países implica una labor de entendimiento difícil de alcanzar nuevamente.
La formalidad necesaria es que ambos pueblos voten favorablemente en la consulta que viene, el mismo día, el 7 de octubre de 2013. Si hubiera espacio, señalaría la cadena de casualidades favorables, que permitieron llegar a este acuerdo y hasta coincidir en la fecha. No parece serio decirlo, pero hay un azar jurídico beneficioso que le ha dado las manos a beliceños y guatemaltecos. Se enfrenta una coyuntura positiva, fácil de discernir.
La decisión de someter el problema a un Tribunal que falle definitivamente no se había logrado. Esa decisión puede ser uni o bilateral, pues ahora se sabe que Belice tiene problemas para participar. Guatemala tiene hasta los fondos presupuestados para montar el referéndum. No es posible que vacilemos, el veredicto de la Corte nunca sería desfavorable a Guatemala. O dicho con talante optimista, el país no tiene nada que perder… salvo que el statu quo se mantendría y el diferendo seguiría siendo fuente de problemas por otros cien años. ¿Hay que ir a votar? ¿Conviene votar a favor de ir a La Haya? Creo que solo hay dudas porque hay desconocimiento. El Gobierno no puede retroceder, incumplir y desperdiciar este momento. La irresponsabilidad ciudadana no es aceptable; menos la del Estado guatemalteco.
Este artículo fue publicado originalmente el 3 de marzo de 2013 en elPeriódico por Edelberto Torres-Rivas. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad exclusiva del autor y no reflejan necesariamente las opiniones de Nosotros Unidos Con Belize
Fuentes: © elPeriódico/Edelberto Torres-Rivas | Nosotros Unidos Con Belize; Fotos: ©Nosotros Unidos Con Belize | Wikipedia
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