Un joven, reportado como de 7 años de edad, fue linchado y luego incendiado por una turba en la parada de autobús de Alafiya en Orile, Estado de Lagos, Nigeria, por intentar supuestamente de robar harina de yuca, localmente conocida como Garri, en una tienda.
Una muchedumbre enfurecida acometó a el niño y lo golpearon profusamente hasta que su cabeza se volvió sangriento, antes de finalmente colgando una llanta en su cuello y a continuación prendiéndole fuego en las tácticas de ejecución conocidas también como Necklacing, en las que se asiste a un gran derramamiento de sangre, muchos muertos y masacres violentas.
Como las controversias continúan sobre este truculento asesinato, Kingsley Ughe, un asesor principal en Nigeria, reclamó que la víctima y su pandilla intentaron de despojar a una mujer de sus pertenencias, incluyendo un teléfono de marca Infinix Note 2, en la calle Augustine Onwualu, Orile Iganmu, Los Lagos el sábado pasado.
Según Ughe, en una anotación en Facebook titulada, ‘A Thief and A Frenzied Mob Baying for Blood,’ dijo que la víctima integraba una pandilla de ladrones notorios y no es un niño de siete años tal como se ha difundido ampliamente por los medios de comunicación.
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